Increíble lo que se le ocurrió al composito francés Celeste Boursier-Mougenot. Puso en el jardín de su casa una guitarra y esperó a que los pájaros se acercaran a ella. ¿Quién se atreve a decir que las aves no saben hacer música?, aquí tenemos el resultado de un tema diferente, hecho para oídos expertos en músicas new age o nueva era, un sonido totalmente ecológico, muy natural y sobre todo, para amantes de la ornitología. ¡No tiene deperdicio!